Hace rato que no escribo. Tal vez fue el tiempo que vino después de la primera cirugía de reconstrucción para que me colocaran el expansor en el lugar donde me removieron el seno izquierdo, en que me concentré más en lo que estaba pendiente por vivir.
El año pasado fue un tiempo de probarme que podía vivir una vida normal, a pesar de tan azarosa jornada de recuperación y vigilancia que había tenido hasta entonces.
Pensé también que debía hacer lo que siempre había querido y por falta de planeación, inseguridad, falta de recursos, pero básicamente miedo, no me había atrevido a hacer.
Una vez decidida, comencé a orar. Si, es lo que siempre hago, o trato de hacer cuando me llega alguna nueva idea, plan, proyecto, u "ocurrencia". Prefiero ponerlo en manos de Dios y entregarle ese deseo, para recibir su aprobación o rechazo... créeme cuando te digo, que es mucho más fácil dejar de pensar en una locura que está destinada al fracaso, cuando Dios te dice "no inventes, no es por ese camino".
Quería ofrecerle a mi hija la posibilidad de salir del país. Tenía ese deseo clavado, pues mi mamá no pudo, ni en sus más locos sueños siquiera pensar en la posibilidad de ofrecerme algo así. Era y sigue siendo, para muchas mujeres solas, algo impensable. Creo que estamos muy habituadas a que por ser mujeres solas, adoptamos esa condición y todo lo que conlleva. Pareciera que todo debe ser difícil para nosotras, y que no tuvieramos derecho o posibilidad de hacer cosas que estan reservadas para matrimonios o familias completas. Por lo menos creo que esa así lo dicta la cultura latina en general.
Sin embargo, me queda claro que al paso del tiempo y en retrospectiva, no soy el estándar de mujer "sola" que solemos conocer. Así que decidí que era tiempo de seguir rompiendo paradigmas y me dí a la tarea de (una vez aprobado por Dios) hacer ese sueño realidad, poniéndole fecha.
Así fue, mi hija y yo nos atrevimos a soñar y después a planear. Después de eso comenzaron a llegar los recursos, materiales y económicos para lograrlo. Me di cuenta que Dios quiere eso, tener fe, creerle, dar el primer paso con las manos vacías y después llega todo.
Platico todo lo anterior porque quiero que quede claro que todo lo que he compartido sobre ese viaje, no es presunción, sino una muestra de la fidelidad de Dios en nuestras vidas. Sobre todo considerando que lo logramos siendo madre e hija y únicamente poniendo nuestra confianza en que Dios tienen el control de todo.
Mi hija estuvo por un mes en Brighton, Inglaterra, en viaje de estudios, donde obtuvo un certificado de idioma inglés con el nivel C2 del marco común de referencia de idiomas y yo viajé a Heathrow para alcanzarla en aquel lugar. Pasamos una semana más juntas, paseando. Nuestra aventura incluyó Londres, Paris y Nueva York. Fue un viaje maravilloso. Una gran bendición cuyos recuerdos permanecen para siempre.
Todo el recuento del año pasado (2017), además del viaje, incluye mucho trabajo gracias a Dios, porque las cosas no vienen gratis, uno tiene que hacer su parte. Doy gracias a Dios por mis empleadores y oro por toda suerte de bendición para ellos. Tanto quienes me permiten colaborar como maestra de inglés como quienes confían en mi trabajo como traductora.
La parte difícil es que durante todo el año también hubo muchas citas y visitas a los doctores que me dan seguimiento. Se debe ser muy disciplinado para no renunciar.
Si bien me diagnosticaron diabetes después de la mastectomía, provocada por las quimioterapias y desorden de la tiroides debido a las radiaciones, no puedo más que agradecer a esos tratamientos por medio de los cuales Dios salvó mi vida.
De modo que, debe uno amarse mucho y amar a quienes tiene a su alrededor y aún a su cargo de parte de Dios, para encontrar la fuerza para no dejar pasar ninguna consulta, ningún examen, ningún diagnóstico posterior a la operación para remover el tumor.
Si bien es difícil, también es reconfortante sentir la satisfacción de la tarea cumplida de cuidarse y saber que todo va bien.
Así que si tú has leído hasta aquí, te animo a que te sigas checando, si tuviste cáncer, y si no, animes a quien lo tuvo, o aún lo tiene que siga adelante, con valor y coraje y que no permita que gane el desánimo o la depresión. Que con alegría recorra el camino y haya una posición en su corazón de gratitud a Dios por la vida, y por la oportunidad de despertar a un nuevo día, a una nueva esperanza.
Blog dedicado a compartir mis experiencias con el cáncer de mama y la forma en que Dios me ha ido entregando la victoria sobre múltiples batallas. Para todas aquellas sobrevivientes como yo y para aquellas que necesitan saber que no están solas. Blog to share my experiences with breast cancer and the way God has delivered victory over multiple battles. For those survivors like me and for those who need to know they are not alone.
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sábado, 20 de enero de 2018
viernes, 14 de abril de 2017
Tiempo de Reconstrucción
Estos días han sido muy especiales. He valorado una vez más todo aquello por lo que he pasado, desde aquél día de agosto del 2014, cuando con palabras secas y directas me dijeron "señora, tiene usted cáncer, y es un cáncer muy agresivo, si no se atiende de inmediato, está por hacer metástasis y se muere pronto".
Por periodos, me encuentro repasando cada una de las veces que fui a las citas médicas, cuando pasé a cuidados de quimioterapias, los efectos secundarios por los que pasé, luego la cirugía en la que me removieron todo el seno izquierdo y 22 gángleos de toda esa parte y la axila. Me dejaron hueca desde el pecho hasta la axila y por debajo del brazo. Hubo algunas mujeres en las salas de radiaciones que tomé después de que me dejaron hueca, que me decían que ya no eran mujeres, pero que era mejor que haber muerto. Yo pensaba "esto no es permanente, Dios tiene un plan". Aunque no sabía bien ni lo que era. Solo entendía que no iba a quedar así.
Todo ese tiempo Dios me mostró Su amor y Su misericordia. Mientras estaba pasando por todo aquello, venían a mi tantos ataques en mi mente. Venía desánimo, auto-compasión, justificación para hacerme la víctima, dolor físico y emocional que quería afectar en lo espiritual. Venían ataques muy fuertes que querían arrebatarme el gozo de mi salvación, el gozo de saber, la seguridad de saber que Jesús murió en la cruz, para que yo no tuviera cáncer, para que yo fuera sana. Dios sabía que yo iba a tener cáncer de mama, Dios sabía que iba a llorar, que me iba a doler. Entonces, ¿porqué lo permitió? Ahora entiendo mucho más. Como dice Su Palabra "ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás" (Juan 13:7) Porque quería ver resplandecer Su verdad sobre mi vida y la vida de los míos. Aún cuando me dio la opción muchas veces de poderme dar por vencida, y de todas formas consolarme en sus amorosos brazos. Me decía: "Yo estoy contigo, sin importar si me aceptas o me rechazas. Si crees o no crees, Yo de todas formas, estoy contigo. Sea lo que sea que decidas, yo no te voy a dejar. Si deseas darte por vencida, no tengas temor, yo estoy contigo, no te voy a dejar."
Me sorprendía día a día, cuando yo le decía "si tu estas conmigo y me abrazas, no me doy por vencida. Vamos Señor, vamos juntos" y daba un paso más. Me levantaba cada día, entregándole mi corazón, mi vida y la vida de mi hija a Su cuidado. Hubo momentos muy difíciles, no lo puedo negar. Momentos de dolor físico muy intenso, que tuve que entregar y entregar y volver a entregar. De rodillas delante de Él, descubrí que no había mejor lugar, no había lugar más maravilloso para recibir de su sanidad, de su aceite que se derramaba en el lugar secreto, sobre mis heridas físicas y emocionales. Sanando, cumpliendo Sus promesas. No había un lugar mejor, no había un lugar en que me pudiera sentir mejor. Yo creo que por eso no permitió que dejara de trabajar, sabía que me podría derrumbar si me quedaba quieta. No pedí una sola incapacidad de trabajo, y siempre me mantuve con bienestar por Sus promesas que trataba de vivir un día a la vez. Solo cuando me operaron, porque ¡ya era el colmo que no pidiera incapacidad laboral para eso! jajaja.
Con base en Su palabra, sabía que Él no quería la muerte para mi. Yo escuchaba a muchas señoras en las salas de quimioterapias que decían "si me muero, que se haga Su voluntad", pero yo sabía (y se los decía, a las que se dejaban y podía) que Su voluntad no era que muriéramos. Él murió para que tuviéramos vida y vida en abundancia (Juan 10:10), y esa Palabra no habla de un lugar allá en el cielo, habla de aquí y ahora. Él quería que yo viviera, que siguiera con mi vida eterna que comenzó desde que lo conocí aquí en el planeta tierra. Considero que está llena de confusión esa enseñanza de que el sufrimiento, la enfermedad y el dolor puedan ser voluntad de Dios ¡No! ¿Cómo podría ser voluntad de un Padre amoroso el que sufra? ¿Cómo se puede concebir que sea la voluntad de mi Padre, o de cualquier padre aún terrenal, que su hijo o su hija sufra o tenga una enfermedad como el cáncer? ¡Por supuesto que no es Su voluntad!
Lo que yo hacía era declarar Sus promesas. Y continuamente rechazaba esos pensamientos de muerte que querían venir a mi diciendo eso de que "si era Su voluntad que yo muriera, yo la acataría" na-ah yo no.
En fin, lo que quiero concluir es que a casi ya tres años desde que el diablo me quiso matar y robar y destruir, hoy celebro que entré al programa de reconstrucción de mama, además de manera milagrosa, pues el oncólogo tratante me había dicho que el Centro Médico no la incluía, que tendría que buscarla por fuera (pagarla) pero que ya era candidato para reconstrucción. Comencé a buscar opciones en los lugares de Salud Pública donde podrían atenderme, dado que ese tipo de procedimientos quirúrgicos son muy elevados en precio, definitivamente no al alcance de un presupuesto promedio. Pero yo sabía que mi Dios es fiel y me diría por dónde caminar para conseguirlo. Estaba ya convencida que Él no quería que me sintiera incompleta físicamente, aunque entera en todo lo que soy para Él como hija de Dios.
En una siguiente cita con el mismo oncólogo, él no estaba dando la atención, estaba otro médico, cosa que es muy común. Le comenté como me encontraba en esa cita de revisión. Para entonces ya tenía información de un lugar de Salud Pública donde podrían hacerme la cirugía de reconstrucción. Le comenté y le pedí que me diera su opinión al respecto para corroborar que era yo candidato. El médico me dijo "y ¿porqué no se opera con nosotros aquí que ya la conocemos y llevamos su historia clínica?" ¿¿¿¿¿Qué????? Le dije lo que el otro médico me había dicho, que ahí no incluían la reconstrucción. Él me dijo que claro que sí y que si quería que me transfiriera con una orden para hacerme ahí mismo la cirugía (sin tener que absorber gastos gracias a mi seguridad social). De inmediato le dije "¡claro que sí!"
Eso estoy celebrando. En abril 6, comencé el proceso de reconstrucción del seno. Una de tres para dejarme completamente reconstruida. En esta primera, desprendieron un poco de músculo de la espalda, abrieron la misma herida donde me sacaron el tumor en 2015 y colocaron el músculo de la espalda y por debajo un expansor que hará esa labor de expandir la piel.
¿Doloroso? sí. ¿Vale la pena? También. Me dijo el doctor que las señoras que sufrían de mastectomía radical como yo casi no hacían esto que yo estoy haciendo. Su argumento es que "se conforman" que ya se "acostumbraron", o que "ya no tiene caso". De cualquier modo, son pretextos porque en realidad debe ser porque ya no quieren pasar por más cirugías invasivas.
Yo prefiero pasar por esto, que seguir como estaba. Salí con dos drenes colgando de mi cuerpo, pero aún así, si me dieran a elegir otra vez, escogería lo mismo. Si tengo esta oportunidad la voy a tomar. No me imaginaba seguir "resignada" a ponerme la prótesis cada día, por le resto de mi vida.
Animo a aquellas mujeres que pasen por una mastectomía radical como yo, a que se reconstruyan. Vale la pena. Hay muchas opciones y varias instituciones de Salud que lo hacen. Nada es imposible para Dios.
¡Bendiciones!
lunes, 20 de marzo de 2017
Si no tienes IMSS ni ISSSTE
Si tenía IMSS, pero los horarios no se acoplan, ya que como todos sabemos ir al IMSS significa invertir toda la mañana o toda la tarde o ambos.
De modo que, busque un servicio gratuito, mismo que encontré por medio de un programa de salud para la mujer, promovido por la UdeG. Fui. Me aceptaron, me dieron cita y me hicieron la mamografía en un Centro de Salud. Eso fue el 31 de mayo del 2014.
Tardaron un mes y me llamaron (en junio) para decirme que requería hacerme un ultrasonido, pues habían encontrado "algo" que debían verificar. Me entregaron un cd con el estudio y pude notar la bolita del tamaño de un garbanzo.
Fui al ultradonido, me mostraron la "bolita" que ya se veía mas grande con respecto del primer estudio y me enviaron al Instituto de Cancerología para que me hicieran una biopsia.
Me hicieron la biopsia extrayendo tejido con una pistola de succión, como una aguja gigante que succionó varias muestras.
Fue el mes más largo de espera de mi vida. Recuerdo que oraba y declaraba sanidad sobre mi vida y sostenía mi fe con la Palabra de Dios y Sus promesas. Todos los días declaraba que Jesucristo ya había vencido la enfermedad y había ganado la victoria para mi. Sabía que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Y me mantenía en esa confianza. Sabía con toda seguridad, que eso, eso no sería cáncer.
Pero Dios tenía otro plan... (continuará)
"Durante 2013, el tumor maligno de mama fue la segunda causa de mortalidad por neoplasias en
las mujeres de 20 años y más (14.8 por ciento)."
www.inegi.org.mx
las mujeres de 20 años y más (14.8 por ciento)."
www.inegi.org.mx
El acompañamiento es muy importante
Cuando entré al tratamiento de quimioterapia no me di cuenta lo importante que es sentirse apoyada, ya sea por familiares y amigos. En mi caso fue muy enriquecedor que no dejé de trabajar. Los compañeros de trabajo han sido parte del impulso a seguir.
Cuando estás siendo observada por tantas personas bien intencionadas, necesitas dejarte apoyar. Saber que no estás sola. Quienes te acompañan siempre quisieran hacer más. Déjales saber que con su simple presencia es más que suficiente.
Hay quienes se preocupan mucho. No permitas que su preocupación te lleve a un estado de estrés o ansiedad. Procura mantenerte tranquila, reposando en las promesas de sanidad que Dios te da.
La fuerza espiritual que proviene de la fe, ha sido la columna vertebral de mi tratamiento. Todo ha sido sostenido por las promesas de Dios para mi vida, que están disponibles y a la mano para quien las quiera tomar.
Es importante pues, tener apoyo de líderes espirituales que te recuerden de dónde proviene la fuerza que necesitas para pasar por el valle de sombra de muerte...
No es sencillo cuando estás en medio del tratamiento, pero de la mano del Espíritu Santo de Dios, nada te puede vencer. Dios te da una sonrisa para cada día, para cada cita, para cada doctor y enfermera, para cada paciente que pasa por lo mismo.
El acompañamiento de mi familia pastoral, especialmente de Evita y Carlos Cruz que iban a buscarme al hospital después de cada quimio, fue para mi una gran bendición. Saber del cuidado de parte de Dios y oraciones, y su cobertura por amor, fue de gran aliento para mi.
"Nada es imposible para el que cree"
Es una decisión personal convertirse en una guerrera de la fe o en alguien que siente auto-compasión y manipula con su enfermedad a quienes le rodean.
Yo decidí lo primero. Todo el tiempo declaré que mi Señor Jesús ya había pagado el precio y había muerto para que yo fuera sana y viviera. Traté de no sucumbir a la tentación de creerme el "ay pobre de mi" pues soy una hija de Dios y en Cristo yo tengo vida y vida en abundancia.
En junio del 2014 terminé las 8 quimioterapias programadas. Las primeras cuatro de ellas con la que llaman quimio blanca y las últimas cuatro con quimio roja que según he sabido, hay pacientes que no la aguantan en las 8 sesiones y las tienen que dividir en dos partes, resultando en 16 sesiones. De ahí mi gratitud a Dios por la fuerza física que me regaló para aguantarlas y que el tratamiento no fuera largo, porque además había la necesidad de vencer al cáncer pronto y no permitir que siguiera creciendo el tumor, ya de por sí enorme de 6 x 8 cms.
El tumor disminuyó de tamaño hasta casi desaparecer antes de la cirugía. La biopsia posterior reportó el tumor de 2 cms en necrosis.
Hay mucho temor relacionado a las quimios. Para mí, era mucho más el temor a morir si no recibía en obediencia los tratamientos.
Carcinoma ductal en etapa 3, tumor de 6x 8 cms. Ese asesino tenía nombre y apellido pero Dios usó a los médicos y la ciencia para salvarme de él.
¡Doy gracias a Dios de poder seguir disfrutando de Él mismo, mi Dios, mi hija, mi familia, mi trabajo, mi música, mi vida!
Seguiré en una siguiente entrega con la cirugía y el tratamiento posterior.
¡Y que viva la vida!!!
Feliz año 2016 en salud, amor y fe.
Pelucas para mujeres con cáncer
Cuando la quimio hace de las suyas.
Desde la primera semana tras recibir el primer tratamiento de quimioterapia, mi cabello comenzó a caerse. Pasaba mi mano por entre mi cabello ondulado y salía con mechones entre los dedos. Aunque los doctores te advierten que esto puede pasar, nada te prepara para lo que se siente.
Cuando me miré al espejo todavía con cabello pero ya con huecos en el cuero cabelludo, supe que era la última vez que me veía de esa forma y que mi aspecto cambiaría para siempre.
Fue muy fuerte la sensación de pérdida. Pasé por un duelo de un par de noches y una mañana desperté determinada a cambiarlo todo.
Lo mejor era raparme. Debía usar mascada y comportarme como es usual para las mujeres con cáncer y en tratamiento para salvar la vida.
Pero Dios tenía otro plan...
Me puse frente al espejo y comencé a dar jaloncitos que con toda facilidad soltaban los mechones de la cabeza. Cuando terminé, todo aquel cabello en el lavabo me provocó un llanto que salía de lo más profundo de mi.
Entregué a Dios esa tristeza y le pedí fortaleza para lo que seguía, ya no había vuelta atrás, debía raparme.
Pedí a mi hija que en ese momento tenía quince años, que usara la rasuradora que mis primos me prestaron. Mientras me rapaba, pedía al Señor fortaleza para ella también. Después me dijo que ella fue fuerte, porque veía mi fortaleza. Mi preciosa guerrera, sabe que mi fuerza proviene de Dios.
Al finalizar, nos miramos y reímos juntas, como si lo que acabábamos de hacer hubiera sido una travesura. Le dije que el mundo no estaba listo para mí, luciendo así. De modo que me puse una mascada como era el protocolo y según había visto a las señoras en la sala de espera, en las consultas con el doctor. Me dispuse a ir con mi hija en busca de turbantes y mascadas para cubrirme la cabeza.
Llegamos a la tienda de accesorios oncológicos, pregunté por los turbantes. La doctora, psicóloga y sobreviviente de cáncer de mama que me atendía, me sugirió el uso de una peluca. Eso no había pasado por mi mente. Me tomó por sorpresa y ella me comenzó a probar pelucas.
Tras varios intentos con pelucas que no me gustaban, recordó que ese día le había llegado una peluca que era la única y que estaba segura que me iba a gustar. ¡Así fue! En cuanto mi hija me dijo "esta genial, te ves muy bien" supe que era la elegida.
La compré decidida a que nada me impediría sentirme lo más normal posible para seguir confiada de mi aspecto, con mis actividades diarias, salir a trabajar bien arreglada y no sintiéndome triste por usar mascadas o turbantes de "enferma". Estaba determinada a declarar mi sanidad todos los días y no soltarme de esa esperanza hasta que Dios me bendijera.
Así lo hice. Usé esa peluca, símbolo de fortaleza y deseos de estar bien. Hoy me topé con ella y recordé lo mucho que cumplió con el objetivo.
Ahora que veo mi cabello tan diferente a mi apariencia anterior, me doy cuenta que los planes de Dios superan siempre los nuestros.
Asi que ¡Anímate! ¡Usa peluca! Hay desde oncológicas muy costosas por comodísimas hasta aquellas de pelo sintético muy bajas en precio pero que pueden ayudar a sentirte confiada y bonita. Aquí solo un ejemplo de lo que se puede encontrar para todos los gustos.
Sigue adelante, no te detengas en ese camino a la sanidad y bienestar.
Dios te siga bendiciendo.
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domingo, 14 de agosto de 2016
viernes, 25 de marzo de 2016
Dolor post-operatorio Mastectomía
Ya tiene un rato que no creaba una entrada nueva. Afortunadamente he estado ocupada trabajando, sana, ¡libre de cáncer! Aprovecho las vacaciones de semana santa para ponerme al día y hacer otra contribución.
Me dí a la tarea de traducir este artículo del blog de
Breast Cancer Site (el Sitio de Cáncer de mama) Es una pena que no haya un
sitio como este en el idioma español. La mayoría de sitios en español se
centran en promover alguna asociación en especial y se refieren a un cierto
lugar en específico. Considero que hace falta algún sitio donde se provea de
información general sobre el cáncer de mama a nivel México y Latinoamérica. Espero
que pronto alguna organización descentralizada pueda darse a la tarea de
construir un sitio más útil para quienes buscan información y ayuda tanto
física como emocional.
Mi contribución, aunque mínima, tal vez pueda llegar a
aquellas mujeres que lo necesitan. Esa es mi intención, por eso la creación de
este blog, que espero sea de utilidad.
Aquí la traducción del blog, con respecto a una condición post-operatoria
que me sucedió tras la mastectomía del seno izquierdo.
Inicio del artículo:
Este doloroso síndrome puede ocurrir después de las
operaciones de cáncer de mama, pero los doctores no hablan sobre él.
Algunas mujeres encuentran que su dolor en realidad empeora
después de la cirugía de mastectomía. Experimentan un doloroso ardor intenso en
sus pechos o bajo sus brazos, algunas veces acompañado de una comezón
increíble. Para el 20 a 50 por ciento de estas mujeres, ese dolor nunca se va.
El dolor se conoce como síndrome de dolor post-mastectomía (PMPS por sus siglas
en inglés).
Mientras los investigadores no saben en realidad lo que
causa el PMPS, asumen que es culpa de un cierto daño de nervio. Las teorías
establecen que puede ser causado por la formación de un neuroma, que es un
crecimiento anormal del tejido nervioso, o por un hematoma (moretón) que de
alguna forma afecta los nervios.
A las mujeres que se someten a cirugías de mastectomía o
lumpectomía, por lo general se les dice que pueden esperar varios efectos
secundarios tras la cirugía, que incluyen infecciones, aumento de fluidos en la
herida, e hinchazón del brazo o pecho. Sin embargo, a muy pocas mujeres se les
advierte del PMPS, tal vez en parte debido a que no todos los doctores están conscientes
de dicha condición. De cualquier forma, del 20 al 68 por ciento de pacientes de
mastectomías lo experimentan, y cuyo dolor no surge sino después de ciertos
meses de haber tenido su cirugía. Asimismo, no solo quienes reciben una
mastectomía presentan el síndrome, aún pacientes a quienes se les remueve algún
nódulo linfático o se les hace alguna lumpectomía pueden desarrollar este
doloroso síndrome.
El dolor del PMPS puede ser desde medio hasta severo. En los
casos más severos, puede llevar a no permitir el movimiento del brazo o a “congelar”
el hombro. El estiramiento o movimientos de los quehaceres del hogar pueden
hacer el dolor más fuerte.
Por fortuna, el PMPS es tratable. El tratamiento empieza con
analgésicos como Ibuprofeno o aspirina, y sigue con esteroides inyectables. La
lidocaína, que es un anestésico, también puede usarse a corto plazo con dexametasona,
que es un esteroide. Esta combinación se ha usado para otros dolores
post-operatorios, pero se comenzó a usar para el PMPS desde el 2011. Parece ser
efectivo durante un periodo de 6 meses a la vez.
-Fin del artículo-
Versión en inglés: http://blog.thebreastcancersite.com/cs-pmps-info/?utm_source=bcs-bcsfan&utm_medium=social-fb&utm_term=032516&utm_content=link&utm_campaign=cs-pmps-info&origin=bcs_bcsfan_social_fb_link_cs-pmps-info_032516
sábado, 9 de enero de 2016
Mastectomia Radical
Nada te prepara para una cirugía de este tipo, pero es importante saber que todo lo que pasa es para bien y que entregues a Dios el control total de tu vida, de tu salud, de lo que pase con los doctores y con los tratamientos.
Desde un principio cuando me diagnosticaron el carcinoma inductal etapa 3 que era un tumor canceroso de 6 x 8 cms, me dijo el oncólogo cirujano que primero entraría a tratamiento de 8 quimioterapias, para reducir y de ser posible desintegrar el tumor. Cuando terminé con las 8 quimios, el tumor si se redujo pero no desapareció.
Me programaron para cirugía con diferencia de apenas unos días después de haber terminado las quimioterapias. El lunes 27 de julio del 2015 entré a quirófano. Previamente me hicieron los estudios correspondientes para operarme y gracias a Dios salí bien. Solo la preocupación o nervios me subió los niveles de azúcar al grado de que hubo unas horas en que pensaban posponer la operación porque dichos niveles no bajaban.
Oré a Dios su intervención pues no quería pasar por la hospitalización y la preparación dos veces. Finalmente si me llevaron a quirófano. Mi familia toda apoyándome. Doy muchas gracias a Dios por todos y todas. Sus oraciones fueron muy importantes para que el bien y la misericordia me acompañaran.
La anestesia fue local, me pusieron una inyección en el cuello y estuve consciente durante todo el procedimiento. Me extirparon todos los tejidos del seno y luego supe que también 19 ganglios por un lado y debajo del brazo. Debían estar seguros de que el cáncer no se hubiera propagado.
Fue una operación de unas 2 horas aproximadamente, más el rato de sala de recuperación. Me subieron a piso y yo no sentí ningún dolor ni durante ni después de la operación. Solo un poquito de molestia donde me pusieron la inyección. Sentía mucho frío.
Después que pasó la anestesia lo que comencé a sentir fue la "bombita" para drenar la herida. Eso fue lo más doloroso y pesado.
Me dieron de alta a los dos días. El dren fue lo que no me dejaba moverme con libertad. Necesité ayuda para levantarme, acostarme, sentarme, ir al baño. Me bañaba sola pero con mucho trabajo. Necesité que entre dos personas me pusieran las vendas. Las curaciones fueron varias veces en una semana. Gracias a Dios la herida no dió problemas y en dos semanas me quitaron el dren que fue lo que más me dió lata pues lo cosieron muy tenso con mi piel y me lastimaba mucho.
Después de la curación en que me quitaron los tubos del dren que abarcaban toda la cicatriz a lo ancho de mi pecho y por debajo de lo que era mi axila, aproximadamente 30 cms, me dijo el oncólogo cirujano que seguían las radiaciones.
El oncólogo tratante me mandó a radiaciones. Ya en la torre de especialidades del hospital me dijo el oncólogo radiólogo que dado el tumor tan grande que tuve, debían darme una radioterapia que comprendería 25 radiaciones diarias de lunes a viernes.
Mientras tanto, salieron los resultados de la biopsia que dictaban que habían extraído un tumor de 2 cms en necrosis y 19 ganglios limpios sin cáncer. Aunque estaba segura que el Señor me había regalado la sanidad, fue muy emocionante comprobar su misericordia y amor con esos resultados.
En obediencia, entré al tratamiento de radiaciones. Día tras día, mi hija y su papá -quien vino a ayudarnos, me llevaron al hospital durante 25 días seguidos para recibir las radiaciones. Cada vez que entraba a la máquina de radiación ionizante declaraba que esa radiación aseguraba mi sanidad de parte de Dios. Tuve la oportunidad de bendecir a los radiólogos y al final celebré con ellos el camino recorrido juntos. Dios los bendiga a ellos y a todos aquellos doctores, enfermeras y personal que han tenido que ver con mi tratamiento.
Así estoy en el punto en que espero que el oncólogo radiólogo me de la alta para que el oncólogo tratante me de seguimiento. Se que esto no termina al darme de alta. Hay que dar seguimiento constante, pero estoy segura que Dios caminará conmigo cualquiera que sea el resultado, como lo ha hecho hasta ahora. Eben-ezer Hasta aquí nos sigue ayudando Dios todopoderoso.
Espero pronto se solucione el problema administrativo de no aparecer en el sistema electrónico para poder registrar mis citas otra vez.
Lo importante en medio de todo es nunca perder la fe. Cada que haya decepción, cansancio, ganas de desistir recuerda que todo tiene un propósito y aunque en el momento no lo entiendas, más tarde todo cobra sentido. Olvídate de ti y sé bendición a otros. Verás como Dios trabaja cuando te encuentras en un estado de reposo creyendo que Él tiene todo bajo Su control. De cualquier forma tu tienes a mano solo obedecer y hacer lo que te toca.
Hoy veo la cicatriz en mi pecho, veo la parte que me falta y doy gracias a Dios porque esa cicatriz es la muestra de que perdí una parte de mi cuerpo pero salvé la vida. Si esa batalla fue ganada, ¿cuál otra no podrá Dios ganar por mi? Vivo confiada. Te invito a hacer lo mismo.

http://www.breastcancer.org/es/tratamiento/cirugia/mastectomia/que_es
Desde un principio cuando me diagnosticaron el carcinoma inductal etapa 3 que era un tumor canceroso de 6 x 8 cms, me dijo el oncólogo cirujano que primero entraría a tratamiento de 8 quimioterapias, para reducir y de ser posible desintegrar el tumor. Cuando terminé con las 8 quimios, el tumor si se redujo pero no desapareció.
Me programaron para cirugía con diferencia de apenas unos días después de haber terminado las quimioterapias. El lunes 27 de julio del 2015 entré a quirófano. Previamente me hicieron los estudios correspondientes para operarme y gracias a Dios salí bien. Solo la preocupación o nervios me subió los niveles de azúcar al grado de que hubo unas horas en que pensaban posponer la operación porque dichos niveles no bajaban.
Oré a Dios su intervención pues no quería pasar por la hospitalización y la preparación dos veces. Finalmente si me llevaron a quirófano. Mi familia toda apoyándome. Doy muchas gracias a Dios por todos y todas. Sus oraciones fueron muy importantes para que el bien y la misericordia me acompañaran.
La anestesia fue local, me pusieron una inyección en el cuello y estuve consciente durante todo el procedimiento. Me extirparon todos los tejidos del seno y luego supe que también 19 ganglios por un lado y debajo del brazo. Debían estar seguros de que el cáncer no se hubiera propagado.
Fue una operación de unas 2 horas aproximadamente, más el rato de sala de recuperación. Me subieron a piso y yo no sentí ningún dolor ni durante ni después de la operación. Solo un poquito de molestia donde me pusieron la inyección. Sentía mucho frío.
Después que pasó la anestesia lo que comencé a sentir fue la "bombita" para drenar la herida. Eso fue lo más doloroso y pesado.
Me dieron de alta a los dos días. El dren fue lo que no me dejaba moverme con libertad. Necesité ayuda para levantarme, acostarme, sentarme, ir al baño. Me bañaba sola pero con mucho trabajo. Necesité que entre dos personas me pusieran las vendas. Las curaciones fueron varias veces en una semana. Gracias a Dios la herida no dió problemas y en dos semanas me quitaron el dren que fue lo que más me dió lata pues lo cosieron muy tenso con mi piel y me lastimaba mucho.
Después de la curación en que me quitaron los tubos del dren que abarcaban toda la cicatriz a lo ancho de mi pecho y por debajo de lo que era mi axila, aproximadamente 30 cms, me dijo el oncólogo cirujano que seguían las radiaciones.
El oncólogo tratante me mandó a radiaciones. Ya en la torre de especialidades del hospital me dijo el oncólogo radiólogo que dado el tumor tan grande que tuve, debían darme una radioterapia que comprendería 25 radiaciones diarias de lunes a viernes.
Mientras tanto, salieron los resultados de la biopsia que dictaban que habían extraído un tumor de 2 cms en necrosis y 19 ganglios limpios sin cáncer. Aunque estaba segura que el Señor me había regalado la sanidad, fue muy emocionante comprobar su misericordia y amor con esos resultados.
En obediencia, entré al tratamiento de radiaciones. Día tras día, mi hija y su papá -quien vino a ayudarnos, me llevaron al hospital durante 25 días seguidos para recibir las radiaciones. Cada vez que entraba a la máquina de radiación ionizante declaraba que esa radiación aseguraba mi sanidad de parte de Dios. Tuve la oportunidad de bendecir a los radiólogos y al final celebré con ellos el camino recorrido juntos. Dios los bendiga a ellos y a todos aquellos doctores, enfermeras y personal que han tenido que ver con mi tratamiento.
Así estoy en el punto en que espero que el oncólogo radiólogo me de la alta para que el oncólogo tratante me de seguimiento. Se que esto no termina al darme de alta. Hay que dar seguimiento constante, pero estoy segura que Dios caminará conmigo cualquiera que sea el resultado, como lo ha hecho hasta ahora. Eben-ezer Hasta aquí nos sigue ayudando Dios todopoderoso.
Espero pronto se solucione el problema administrativo de no aparecer en el sistema electrónico para poder registrar mis citas otra vez.
Lo importante en medio de todo es nunca perder la fe. Cada que haya decepción, cansancio, ganas de desistir recuerda que todo tiene un propósito y aunque en el momento no lo entiendas, más tarde todo cobra sentido. Olvídate de ti y sé bendición a otros. Verás como Dios trabaja cuando te encuentras en un estado de reposo creyendo que Él tiene todo bajo Su control. De cualquier forma tu tienes a mano solo obedecer y hacer lo que te toca.
Hoy veo la cicatriz en mi pecho, veo la parte que me falta y doy gracias a Dios porque esa cicatriz es la muestra de que perdí una parte de mi cuerpo pero salvé la vida. Si esa batalla fue ganada, ¿cuál otra no podrá Dios ganar por mi? Vivo confiada. Te invito a hacer lo mismo.

http://www.breastcancer.org/es/tratamiento/cirugia/mastectomia/que_es
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sábado, 28 de noviembre de 2015
And Why Not?
On
August 31st, 2014 I went to the Oncologist at the Cancer Institute here in
Mexico. I was confident, knowing that I had prayed and declared God’s promises
over my life and that they would tell me it was a huge mistake and I did not
have cancer at all.
At the
waiting room, the hour and a half I waited was an eternity, like suspended in a
place with no time. In sort of a safety place in my mind, not to think, for not
waiting or keeping me from not expecting anything… in other words, I was
paralyzed.
Finally,
I entered the doctor’s office making my way through a crowded waiting room, as
the hospital looked like a flea market. It is stunning how so many women are
continuously diagnosed every day in that place. The offices are tiny and one
next to the other, with a small thin wall like cubicles, so you can hear your
neighbor’s doctor. It was hard to focus, mostly when the doctor tells you “I’m
sorry ma’am you have got cancer”. Then she said several things that I don’t remember. I was in
shock. I put myself together in my mind and I heard her saying: “we have to
start with chemotherapies this upcoming Saturday. There’s still hope, we’re
still on time, as the cancer you’ve got is very aggressive but most likely you
may survive if you start immediately”.
“Go to
social work so they tell you how to handle your insurance, as chemotherapy is
very expensive for someone is not insured.”
I only
managed to ask her what type of cancer it was, if it had name and last name.
She only said that it was a tumor stage 3 and she said goodbye by shouting “next
please”. That was it.
I went
out from that place without the willing to understand what had happened in
there. I got into the car, I started it and drove. It was when fear found the way
to be transformed in to horror that started to go up through my spine. I pulled up,
took a deep breath and let myself feel that horrible feeling. I thought of my
daughter my only daughter, my ministry, my daughter, my work, my daughter
again, my life, my daughter!
I cried
and wept without thinking in anything else. At flashes of calm I tried to speak
to God, but I couldn’t, I was drown in a deep pain, I went into pieces. After a
while, I forced myself, I came to my senses and I shout to the Lord, I asked
Him to receive all that pain in my soul and that sorrow as I knew it might hurt
me and I was supposed to go back home with enough strength. I couldn’t let my
daughter to be affected by that deep sorrow I was feeling before the
possibility of not being with her at some point, or so I thought.
And of
course I asked God: “why me Lord? Why?”. I remember hearing His voice saying “why
not”… I was not expecting that answer from Him. I meditated on it and I asked
to myself, “that is true… why not?”
Up to
that moment I was always said my life wasn’t mine, but God’s. That He could do
anything in me, that I could not be in better hands! That God knew better what’s
best for me. That he laughs about my plans because He has better dreams than
mine for my life.
Up to
that moment I had quit my own life, so He could take over everything that
happens in my life, His life.
Then,
why not?
From
weeping I went to laughter and I realized although up to then I had lived by
faith, it was time to live, to show all in all my faith was settle upon Jesus
my Rock.
I felt
a deliverance and I offered everything to the Lord saying: “If you go I go. I
don’t understand any of this but I know that you Father will take my hand. I
will go through the Death Valley holding hands tightly, because You my Lord go
with me, no matter the circumstances. You are God and keep on being God, and I
thank you and bless you, I worship you and I won’t stop honoring you and giving
glory to you my God, because I don’t walk by sight but by faith and you are no
man to lie or son of men to repent, you said you will never forsake me, but you
will hold me with your righteous and powerful hand.
I was
drown in a deep peace. I was
at disposal. No looking back, no regrets, no doubts, no guilt, no resentment. He
would tell me where and how to walk this new path. The only thing I could
perceive at that moment is that my life as it was known up to then, would never
be the same. And that the joy of the Lord would be the only thing that would
give me strength.
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The Beginning
For everyone, specially women, it is easy to examine and make sure you don't have breast cancer. The core of the problem is lack of information or "cancer-fobia" arises when it comes to do the examinations, as we don't want them to tell us that we actually might have cancer.
In my case, I should have continuously examined as my mother died after breast cancer. Several relatives have died after cancer as well.
In my case, I should have continuously examined as my mother died after breast cancer. Several relatives have died after cancer as well.
Most women in developed countries have medicaid and it is easy to go to your physician and ask for your exams. The solely thought of going to the clinic represents time "wasted" but belive me it is worth.
Mamography opposite to the common gossip among friends, it is not that painful and going through that little pain is worth your life.
I don't know how long it takes to get the results done. In Mexico it takes ages to get them. Even so, it is worth (this is the third time I say that, I know... because it is)
It is not true as well, that cancer spreads once the smash your breast in the machine. If so, that means it wasn't capsuled anymore and regularly it was already beyond stage 2. So, don't be afraid to be "smashed" in the machine.
Nowadays there are a number of different programs to support women without resources to do the exams. Go to your nearest clinic, social workers might help you telling you where you can find places to do mamographies for free.
God bless you and I wish you find the best way to do a continuous revision for prevention.
"Do you not know that your body is a house of God where the Holy Spirit lives? God gave you His Holy Spirit. Now you belong to God. You do not belong to yourselves. God bought you with a great price. So honor God with your body. You belong to Him." (1 Cor. 6:19-20)
The Breast Cancer site on Facebook
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Breast Cancer a serious matter
Hello to
all of those who take some minutes to read my entries.
I’m
starting with this blog to pass on my ideas mostly about my experiences with
breast cancer. I could realize, after I was diagnosed with stage 3 grade
3 invasive ductal carcinoma that there weren’t enough entries on the topic. The word cancer is still
taboo, for some people difficult to be pronounced. It was difficult for me at
the beginning anyway.
I’m going
to try to write here what I’ve been through since I was diagnosed and I’ll try
to provide with links that might support you with opinions about what is known,
what is said and what I have actually experienced.
Each person
goes through a completely different experience as far as breast cancer is
concerned as in the voice of my doctors “each cancer is personal” There are certainly
some similarities, thus a number of natural treatments, prevention and many
other “cures” that friends and family in the aim of helping tend to saturate
us. Their intentions are good as they wouldn’t like us to go through this
terrible experience.
Hope my
text are helpful to someone out there.
Warmest
regards.
Gaby Casas.
This is the first and
greatest of the Laws. The second is like it, ‘You must love your neighbor as you love
yourself.’ Mt 22:38-39
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Quimioterapias
Hasta la primera quimio me enteré que serían por lo menos ocho quimioterapias. Una cada tres o cuatro semanas, y si mi cuerpo las aguantaba serían seguidas.
Las quimios en mi caso serían intravenosas y en mi caso comenzaron con la que se conoce como quimio blanca. Serían cuatro así y después otras cuatro con la que se conoce como quimio naranja o roja -que me dirían en su momento, podría ser mucho más agresiva y muchas mujeres no la aguantan.
Me mandaron hacer exámenes de laboratorio previos para ver la condición general de mi cuerpo. Salí dentro de los niveles adecuados.
Al llegar a la sala de quimios vi dos saloncitos llenos de sillones tipo reposet. Unos diez por cada sala. Me asignaron uno de ellos. Muy cómodos. Ahi lo conectan a uno con la máquina que va suministrando el químico vía intravenosa.
Escuchaba toda clase de pláticas. Desde señoras que llevaban más de una docena de quimios, hasta quienes como yo iban comenzando. El sentimiento general era de depresión y auto-compasión. Mi ánimo no decayó y cuando la enfermera me "conectó" dije invitándola a ponerse de acuerdo conmigo: "declaramos vida y salud en mi cuerpo en el nombre de Jesús, por medio de esta sustancia. Declaramos ese tumor muerto y echado fuera de mi cuerpo y de mi vida. Declaro que todo cáncer y muerte es echada fuera de este lugar en el nombre de Jesús" y ella me siguió con un sonoro "amén" de ella y varias que ponían atención a lo que decía.
Hubo quien llegó a decirme que no podía luchar contra "su" cáncer, y ya hasta ¡le había agarrado cariño! ¡Que terrible!
Por supuesto que yo le animé a ya no tomarlo como suyo, sino rechazarlo y declararlo inoperante y cancelado en el nombre de Jesús quien murió y resucitó para que nosotros no solo seamos salvos, sino también sanos en esta vida, y no solo en la eternidad. Pues si lo podemos creer, ya estamos viviendo la eternidad.
Así transcurrió la primera quimioterapia. Durante cuatro horas conectada a la máquina, recibiendo el goteo de bolsa tras bolsa. La primera hora sentí mareo muy fuerte, conecté mis audífonos a la música de mi celular (no escuches música que te deprima ¡por fa!) y me dormí. Dos horas mas tarde desperté para ir al baño. Y la última hora platicando con mis compañeras de un sillón y otro. Me divertía mucho con el buen humor de los enfermeros y enfermeras. Siempre de buen ánimo, eso nos ayudaba a todas a mantenernos bien.
Aún así, había quien se sentiría muy mal y se las llevaban en camilla o silla de ruedas a urgencias.
Muy agradecida con Dios yo salí por mi propio pie, sintiéndome un poquito mareada y solo con mucha sed. Tuve el privilegio de que mi hermano menor -que se encontraba de visita en la ciudad para asistir a la fiesta de XV años de una sobrinita, fuera quien me acompañó en esa primera quimio.
Regresé a casa y mi hija ya estaba lista para irse con sus tíos a la fiesta de su prima. Yo llegué muy bien. Me bañé, oré a Dios y me dio la confianza de que si, en efecto, me sentía muy bien, normal de hecho. Así que decidí ir a la fiesta y me fui con mi hija. Nos divertimos mucho, baile, me reí, estuve muy contenta y pudimos ver casi a toda la familia. Dios es fiel.
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viernes, 20 de noviembre de 2015
Lo rechacé, el cáncer no era mío
Al darme el diagnóstico de que tenía cáncer de mama, al día siguiente fui a la clínica del IMSS que me corresponde. Recibía la atención inmediata en cuanto leían el diagnóstico. Eso me asustaba un poco... para que el IMSS me estuviera abriendo las puertas de inmediato oficina tras oficina y firma tras firma de seguimiento... ¡era de asustarse!
Sin embargo, preferí pensar que era la mano de Dios apoyándome desde el inicio. El diagnóstico lo recibí el 31 de agosto, 2014, para el 2 de septiembre ya había ido a la clínica, recibido pase para el Hospital Ayala y de ahí el Centro Médico en Ginecología ya me tenía esperando para que me recibiera el médico oncólogo cirujano. ¡Increíble! En dos días.
El médico cirujano, revisó mis estudios y me mandó hacer estudios del IMSS, pero no detuvo el proceso, mientras yo recuperaba la biopsia del Instituto de Cancerología, me dieron cita con el médico oncólogo tratante, después me enteraría quién era quién. En ese momento yo solo seguía instrucciones e iba a donde me dijeran, todo por pura obediencia, no sabía nada sobre lo que harían en mi caso.
El oncólogo cirujano me explicó por fin que el tumor era un carcinoma ductal infiltrante en etapa 3 de 6 x 8 cms. Mi percepción fue que creció muchísimo de mayo a septiembre, porque al inicio era del tamaño de un garbanzo, como recordarán que lo describí en mis entradas de blog anteriores, y que por cierto nunca sentí al tacto cuando me revisaba.
Me explicó el doctor entonces, que era muy grande, por lo que no se podía operar, pues cabía la posibilidad de que al operar, se hiciera metástasis. La metástasis es cuando el tumor se esparce a otras partes del cuerpo.
Me mandó con el oncólogo tratante para que en vez de cirugía comenzara con quimioterapias. Me dijo que primero había que tratar de reducirlo y matarlo. Yo solo dije: ¡Amén!
En esos días, por octubre yo estaba inscrita para ir a mi Congreso anual de Mujeres Conquistadoras que organiza mi iglesia. Pedí permiso a los doctores y no solo me dejaron ir, me animaron a que fuera, para entrar al tratamiento con mucha fuerza espiritual, me dijeron. Más de 3 mil mujeres que se reúnen en Saltillo para aprender a caminar en las promesas de Dios. Ahí fue donde Dios me confirmó que quería que pasara por esto. Que no haría un milagro creativo de desaparecer el tumor. Que necesitaba pasar el proceso como cualquier otra mujer, mostrando Su grandeza si yo permanecía en fe y en confianza y dando esperanza a otros.
Así que, si es muy importante la ayuda, el apoyo espiritual, no solo al alma y al cuerpo sino principalmente al espíritu para pasar por algo así o cualquier otra situación complicada, no solo de salud sino en la vida.
En fin, en el Centro Médico de Occidente donde ya continué mi tratamiento, me hicieron toda la serie de estudios que deben hacer: de sangre completísimos, me revisaron de todo a todo, recuperamos los estudios de la biopsia y estudiaron el tipo de quimioterapia que me darían, para entonces ya era noviembre.
Yo no tenía idea de cómo era una quimioterapia. Me programaron para comenzar el 19 de diciembre de 2015. Solo me dijeron que los efectos secundarios podían ser pero no se limitaban a: náuseas, vómito, baja de presión, caída del cabello y vello corporal, resequedad excesiva de la piel, falta de visión, dolor en las articulaciones, dolor de huesos, fiebre, falta de apetito, ardor en las extremidades, aún caída de esmalte en los dientes, uñas rotas.
Para el día de la primera quimioterapia me enfermé fuerte de gripa. Así entré a las quimios, enferma de la garganta... de modo que, por efecto de la misma me quedé afónica y me dijeron los doctores que seguramente perdería la voz, que era muy poco probable que las cuerdas vocales no sufrieran daño permanente.
No lo acepté. Así como no acepté el sentir auto-compasión. Dios me sacaría de esto. Dios lo prometió y lo cumpliría. Caminé segura.
Sin embargo, preferí pensar que era la mano de Dios apoyándome desde el inicio. El diagnóstico lo recibí el 31 de agosto, 2014, para el 2 de septiembre ya había ido a la clínica, recibido pase para el Hospital Ayala y de ahí el Centro Médico en Ginecología ya me tenía esperando para que me recibiera el médico oncólogo cirujano. ¡Increíble! En dos días.
El médico cirujano, revisó mis estudios y me mandó hacer estudios del IMSS, pero no detuvo el proceso, mientras yo recuperaba la biopsia del Instituto de Cancerología, me dieron cita con el médico oncólogo tratante, después me enteraría quién era quién. En ese momento yo solo seguía instrucciones e iba a donde me dijeran, todo por pura obediencia, no sabía nada sobre lo que harían en mi caso.
El oncólogo cirujano me explicó por fin que el tumor era un carcinoma ductal infiltrante en etapa 3 de 6 x 8 cms. Mi percepción fue que creció muchísimo de mayo a septiembre, porque al inicio era del tamaño de un garbanzo, como recordarán que lo describí en mis entradas de blog anteriores, y que por cierto nunca sentí al tacto cuando me revisaba.
Me explicó el doctor entonces, que era muy grande, por lo que no se podía operar, pues cabía la posibilidad de que al operar, se hiciera metástasis. La metástasis es cuando el tumor se esparce a otras partes del cuerpo.
Me mandó con el oncólogo tratante para que en vez de cirugía comenzara con quimioterapias. Me dijo que primero había que tratar de reducirlo y matarlo. Yo solo dije: ¡Amén!
En esos días, por octubre yo estaba inscrita para ir a mi Congreso anual de Mujeres Conquistadoras que organiza mi iglesia. Pedí permiso a los doctores y no solo me dejaron ir, me animaron a que fuera, para entrar al tratamiento con mucha fuerza espiritual, me dijeron. Más de 3 mil mujeres que se reúnen en Saltillo para aprender a caminar en las promesas de Dios. Ahí fue donde Dios me confirmó que quería que pasara por esto. Que no haría un milagro creativo de desaparecer el tumor. Que necesitaba pasar el proceso como cualquier otra mujer, mostrando Su grandeza si yo permanecía en fe y en confianza y dando esperanza a otros.
Así que, si es muy importante la ayuda, el apoyo espiritual, no solo al alma y al cuerpo sino principalmente al espíritu para pasar por algo así o cualquier otra situación complicada, no solo de salud sino en la vida.
En fin, en el Centro Médico de Occidente donde ya continué mi tratamiento, me hicieron toda la serie de estudios que deben hacer: de sangre completísimos, me revisaron de todo a todo, recuperamos los estudios de la biopsia y estudiaron el tipo de quimioterapia que me darían, para entonces ya era noviembre.
Yo no tenía idea de cómo era una quimioterapia. Me programaron para comenzar el 19 de diciembre de 2015. Solo me dijeron que los efectos secundarios podían ser pero no se limitaban a: náuseas, vómito, baja de presión, caída del cabello y vello corporal, resequedad excesiva de la piel, falta de visión, dolor en las articulaciones, dolor de huesos, fiebre, falta de apetito, ardor en las extremidades, aún caída de esmalte en los dientes, uñas rotas.
Para el día de la primera quimioterapia me enfermé fuerte de gripa. Así entré a las quimios, enferma de la garganta... de modo que, por efecto de la misma me quedé afónica y me dijeron los doctores que seguramente perdería la voz, que era muy poco probable que las cuerdas vocales no sufrieran daño permanente.
No lo acepté. Así como no acepté el sentir auto-compasión. Dios me sacaría de esto. Dios lo prometió y lo cumpliría. Caminé segura.
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miércoles, 18 de noviembre de 2015
¿Y porqué no?
En agosto 31 del 2014 fui a la cita con la oncóloga del Instituto de Cancerología. Iba confiada, sabiendo que había orado y declarado las promesas de Dios sobre mi vida y me dirían que había sido una equivocación y que yo no tenía cáncer.
En la sala de espera, la hora o media hora que tuve que esperar, se hizo eterna, como suspendida fuera del tiempo. En una especie de lugar seguro en el espacio de mi mente, para no pensar, para no esperar ni dejar de esperar. En otras palabras, me encontraba paralizada.
Entré por fin al consultorio en medio del tumulto de señoras, pues más que hospital parece mercado. Es impresionante tantas y tantas mujeres que se diagnostican de forma continua y diaria en ese lugar. Los consultorios son seguidos uno de otro, separados solo con una pequeña mampara, pudiendo escuchar las dos conversaciones al mismo tiempo. Difícil concentrarse, sobre todo cuando la doctora me dijo "lo siento mucho señora, tiene usted cáncer". Después dijo una serie de cosas que no recuerdo pues yo estaba en shock. Volví en mí y solo le escuché decir: "tenemos que comenzar ya este mismo sábado con las quimioterapias, no se preocupe todavía hay esperanza, estamos a tiempo, el cáncer que usted tiene es muy agresivo pero es muy probable que pueda sobrevivir si se atiende de inmediato".
"Pase a trabajo social para que le digan que hacer para que saque su Seguro Popular, pues las quimioterapias son muy caras si no está asegurada".
Solo atiné a preguntarle que tipo de cáncer era, si tenía nombre y apellido. Ella solo me dijo que era un tumor en etapa 3 y me despidió y de inmediato gritó: "La que sigue por favor". Eso fue todo.
Salí de ese lugar sin querer entender, pues estaba consciente de lo que me acababan de decir pero no lo podía creer. Llegué a mi auto, subí y comencé a manejar. Fue cuando un miedo que luego se convirtió en terror me comenzó a invadir. Sentí frío en la la columna vertebral. Ahí fue cuando decidí detener el auto. Me estacioné, respiré profundo y me dejé sentir ese horrible terror. Pensé en mi hija, mi ministerio, mi hija, mi trabajo, mi hija, mi vida, mi hija.
Lloré y lloré sin pensar en nada más. En la calma intermitente, intentaba hablar con Dios, pero no podía, me ahogaba un dolor profundo. Después de un rato, me forcé a volver en mí y clamé al Señor, le pedí que recibiera todo ese dolor y esa tristeza, pues sabía que me haría daño y debía regresar a casa con suficientes fuerzas. No podía permitir que mi hija se viera afectada por ese profundo dolor que sentía ante la posibilidad de mas pronto que tarde, ya no estar con ella, al menos eso pensaba.
Y claro que si, le pregunté a Dios, "¿porqué yo Señor? ¿porqué?". Recuerdo haber escuchado la voz de Dios diciéndome: "¿y porqué no?"... no me esperaba esa respuesta... recapacité y yo misma me pregunté, es cierto ¿y porqué no?
Hasta ese momento siempre había dicho que mi vida no era mía, sino de Dios, que El podía hacer lo que quisiera en mi, que en mejores manos no podemos estar, que Dios sabe mejor lo que más nos conviene. Que El se ríe de mis planes por eso son mejores sus sueños para mí, que los míos. Hasta ese momento había renunciado a mí, para que El tomara el control de todo lo que pasara en mi vida, su vida.
De modo que... ¿y porqué no?
Del llanto pasé a la risa, y me di cuenta que aunque había vivido por fe hasta ese momento, era el tiempo de vivir, de demostrar bien a bien que realmente mi confianza estaba puesta sobre la Roca que es Jesús.
Le entregué todo al Señor y le dije: "si Tú vas conmigo, le entramos. No entiendo esto que está pasando, pero sé que Tú mi Padre me llevarás de la mano. Voy a caminar a través del Valle de sombra de muerte, de tu mano, tomada fuerte de tu mano, porque Tú Señor vas conmigo, sin importar estas circunstancias, Tu sigues siendo Dios y te agradezco y te bendigo, te adoro y no dejaré de dar honor y gloria a Tí mi Dios, porque no ando por vista, ando por fe y tu no eres hombre para mentir ni hijo de hombre para arrepentirte. Tu dijiste que nunca me dejarías ni nunca me abandonarías sino que, me sostendrías con tu mano derecha poderosa y así será".
Una profunda paz inundó mi ser. Estaba dispuesta. Sin mirar atrás, sin reproches, sin dudas, sin culpa, sin resentimientos. El me diría por dónde y cómo caminar en este nuevo camino. Lo único que pude percibir en ese momento es que mi vida, como había sido hasta ese momento, ya nunca volvería a ser igual. Y que el gozo de Dios era lo único que me daría fortaleza.
Al arrancar el auto de regreso a casa, puse en marcha también mi nuevo rumbo, estaba decidida. Había decidido vivir.
En la sala de espera, la hora o media hora que tuve que esperar, se hizo eterna, como suspendida fuera del tiempo. En una especie de lugar seguro en el espacio de mi mente, para no pensar, para no esperar ni dejar de esperar. En otras palabras, me encontraba paralizada.
Entré por fin al consultorio en medio del tumulto de señoras, pues más que hospital parece mercado. Es impresionante tantas y tantas mujeres que se diagnostican de forma continua y diaria en ese lugar. Los consultorios son seguidos uno de otro, separados solo con una pequeña mampara, pudiendo escuchar las dos conversaciones al mismo tiempo. Difícil concentrarse, sobre todo cuando la doctora me dijo "lo siento mucho señora, tiene usted cáncer". Después dijo una serie de cosas que no recuerdo pues yo estaba en shock. Volví en mí y solo le escuché decir: "tenemos que comenzar ya este mismo sábado con las quimioterapias, no se preocupe todavía hay esperanza, estamos a tiempo, el cáncer que usted tiene es muy agresivo pero es muy probable que pueda sobrevivir si se atiende de inmediato".
"Pase a trabajo social para que le digan que hacer para que saque su Seguro Popular, pues las quimioterapias son muy caras si no está asegurada".
Solo atiné a preguntarle que tipo de cáncer era, si tenía nombre y apellido. Ella solo me dijo que era un tumor en etapa 3 y me despidió y de inmediato gritó: "La que sigue por favor". Eso fue todo.
Salí de ese lugar sin querer entender, pues estaba consciente de lo que me acababan de decir pero no lo podía creer. Llegué a mi auto, subí y comencé a manejar. Fue cuando un miedo que luego se convirtió en terror me comenzó a invadir. Sentí frío en la la columna vertebral. Ahí fue cuando decidí detener el auto. Me estacioné, respiré profundo y me dejé sentir ese horrible terror. Pensé en mi hija, mi ministerio, mi hija, mi trabajo, mi hija, mi vida, mi hija.
Lloré y lloré sin pensar en nada más. En la calma intermitente, intentaba hablar con Dios, pero no podía, me ahogaba un dolor profundo. Después de un rato, me forcé a volver en mí y clamé al Señor, le pedí que recibiera todo ese dolor y esa tristeza, pues sabía que me haría daño y debía regresar a casa con suficientes fuerzas. No podía permitir que mi hija se viera afectada por ese profundo dolor que sentía ante la posibilidad de mas pronto que tarde, ya no estar con ella, al menos eso pensaba.
Y claro que si, le pregunté a Dios, "¿porqué yo Señor? ¿porqué?". Recuerdo haber escuchado la voz de Dios diciéndome: "¿y porqué no?"... no me esperaba esa respuesta... recapacité y yo misma me pregunté, es cierto ¿y porqué no?
Hasta ese momento siempre había dicho que mi vida no era mía, sino de Dios, que El podía hacer lo que quisiera en mi, que en mejores manos no podemos estar, que Dios sabe mejor lo que más nos conviene. Que El se ríe de mis planes por eso son mejores sus sueños para mí, que los míos. Hasta ese momento había renunciado a mí, para que El tomara el control de todo lo que pasara en mi vida, su vida.
De modo que... ¿y porqué no?
Del llanto pasé a la risa, y me di cuenta que aunque había vivido por fe hasta ese momento, era el tiempo de vivir, de demostrar bien a bien que realmente mi confianza estaba puesta sobre la Roca que es Jesús.
Le entregué todo al Señor y le dije: "si Tú vas conmigo, le entramos. No entiendo esto que está pasando, pero sé que Tú mi Padre me llevarás de la mano. Voy a caminar a través del Valle de sombra de muerte, de tu mano, tomada fuerte de tu mano, porque Tú Señor vas conmigo, sin importar estas circunstancias, Tu sigues siendo Dios y te agradezco y te bendigo, te adoro y no dejaré de dar honor y gloria a Tí mi Dios, porque no ando por vista, ando por fe y tu no eres hombre para mentir ni hijo de hombre para arrepentirte. Tu dijiste que nunca me dejarías ni nunca me abandonarías sino que, me sostendrías con tu mano derecha poderosa y así será".
Una profunda paz inundó mi ser. Estaba dispuesta. Sin mirar atrás, sin reproches, sin dudas, sin culpa, sin resentimientos. El me diría por dónde y cómo caminar en este nuevo camino. Lo único que pude percibir en ese momento es que mi vida, como había sido hasta ese momento, ya nunca volvería a ser igual. Y que el gozo de Dios era lo único que me daría fortaleza.
Al arrancar el auto de regreso a casa, puse en marcha también mi nuevo rumbo, estaba decidida. Había decidido vivir.
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martes, 17 de noviembre de 2015
El inicio
For English click here: The Beginning
Para todos, especialmente las mujeres, es muy fácil hacerse los exámenes para revisarse y asegurar que no se tiene cáncer de mama. El problema radica en la falta de información o la "cancerofobia" que nos provoca el no hacernos los exámenes porque no queremos saber si tenemos o no cáncer.
Para todos, especialmente las mujeres, es muy fácil hacerse los exámenes para revisarse y asegurar que no se tiene cáncer de mama. El problema radica en la falta de información o la "cancerofobia" que nos provoca el no hacernos los exámenes porque no queremos saber si tenemos o no cáncer.
En mi caso, tendría que revisarme continuamente por el antecedente de la muerte de mi madre provocada por haber tenido cáncer de mama y varios miembros de mi familia que murieran también por diversos tipos de cáncer.
Si se está asegurada y se es mayor a los 40 es rutinario y obligatorio hacerlo cada año, con el IMSS o el ISSSTE. Solo hay que ir a su clínica correspondiente y solicitarlo al médico general y dan la orden para medicina preventiva. Si ya se... el solo hecho de ir a la clínica representa perder un día de trabajo o de estudios o ambos. Pero créame, vale la vida, no tan solo la pena.
La mamografía, no es tan dolorosa como platican entre comadres y amigas. Si es molesto, pero es mejor pasar la molestia... vale la vida.
El trámite es tardado y los exámenes tardan también... vale la vida.
No es verdad que al "aplastar el seno en la máquina" se expande el cáncer. Si se expande es porque ya no estaba encapsulado y regularmente ya está más allá de etapa 2 desde antes del examen. Así que no tenga miedo de que le "aplasten el seno".
Si usted no tiene seguridad social, existen varios programas de mamografías gratis de forma continua durante el año apoyados por diversas instituciones, busque en internet como "mamografías gratis" y estoy segura que encontrará alguno de ellos.
En mi siguiente entrada, le trataré de compartir lo que yo hice para hacerme los estudios y el peregrinar al inicio.
Dios le bendiga y deseo de todo corazón que encuentre la mejor forma de revisarse de forma continua para prevención.
"¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios." 1 Cor. 6:19-20
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lunes, 16 de noviembre de 2015
Cáncer de mama un asunto serio.
Un Hola afectuoso a quien se tome unos minutos para leer.
Estoy comenzando con esto de transmitir mis ideas con respecto principalmente a mis experiencias con el cáncer de mama. Pude darme cuenta, conforme pasó el tiempo desde el año pasado que fui diagnosticada con el cáncer de mama etapa 3 invasivo, muy agresivo, que aún la palabra cáncer es difícil de pronunciar para algunas personas. Para mí también lo fue al principio.
Aquí trataré de escribir lo que ha pasado durante este tiempo desde que recibí el diagnóstico y trataré de dar enlaces de apoyo y opiniones sobre lo que se sabe, lo que se dice y lo que realmente ha sido en mi caso.
Cada persona pasa por una experiencia totalmente distinta, en voz de una de mis doctores, "cada cáncer es diferente en cada persona". Existen generalidades, de ahí que se sepa de un sinnúmero de tratamientos naturales y prevenciones que de buena fe nuestros conocidos y amigos de forma continua tienden a decirnos, en su afán de ayudarnos a quienes pasamos por esta experiencia, por sí, terrible.
Espero lo que publique aquí pueda ser de utilidad.
Reciban un saludo afectuoso.
Gaby Casas.
Estoy comenzando con esto de transmitir mis ideas con respecto principalmente a mis experiencias con el cáncer de mama. Pude darme cuenta, conforme pasó el tiempo desde el año pasado que fui diagnosticada con el cáncer de mama etapa 3 invasivo, muy agresivo, que aún la palabra cáncer es difícil de pronunciar para algunas personas. Para mí también lo fue al principio.
Aquí trataré de escribir lo que ha pasado durante este tiempo desde que recibí el diagnóstico y trataré de dar enlaces de apoyo y opiniones sobre lo que se sabe, lo que se dice y lo que realmente ha sido en mi caso.
Cada persona pasa por una experiencia totalmente distinta, en voz de una de mis doctores, "cada cáncer es diferente en cada persona". Existen generalidades, de ahí que se sepa de un sinnúmero de tratamientos naturales y prevenciones que de buena fe nuestros conocidos y amigos de forma continua tienden a decirnos, en su afán de ayudarnos a quienes pasamos por esta experiencia, por sí, terrible.
Espero lo que publique aquí pueda ser de utilidad.
Reciban un saludo afectuoso.
Gaby Casas.
"Jesús le respondió:—El primer mandamiento, y el más importante, es el que dice así: “Ama a tu Dios con todo lo que piensas y con todo lo que eres.” 39 Y el segundo mandamiento en importancia es parecido a ése, y dice así: “Cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo" Mt. 22:38-39
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