Desde un principio cuando me diagnosticaron el carcinoma inductal etapa 3 que era un tumor canceroso de 6 x 8 cms, me dijo el oncólogo cirujano que primero entraría a tratamiento de 8 quimioterapias, para reducir y de ser posible desintegrar el tumor. Cuando terminé con las 8 quimios, el tumor si se redujo pero no desapareció.
Me programaron para cirugía con diferencia de apenas unos días después de haber terminado las quimioterapias. El lunes 27 de julio del 2015 entré a quirófano. Previamente me hicieron los estudios correspondientes para operarme y gracias a Dios salí bien. Solo la preocupación o nervios me subió los niveles de azúcar al grado de que hubo unas horas en que pensaban posponer la operación porque dichos niveles no bajaban.
Oré a Dios su intervención pues no quería pasar por la hospitalización y la preparación dos veces. Finalmente si me llevaron a quirófano. Mi familia toda apoyándome. Doy muchas gracias a Dios por todos y todas. Sus oraciones fueron muy importantes para que el bien y la misericordia me acompañaran.
La anestesia fue local, me pusieron una inyección en el cuello y estuve consciente durante todo el procedimiento. Me extirparon todos los tejidos del seno y luego supe que también 19 ganglios por un lado y debajo del brazo. Debían estar seguros de que el cáncer no se hubiera propagado.
Fue una operación de unas 2 horas aproximadamente, más el rato de sala de recuperación. Me subieron a piso y yo no sentí ningún dolor ni durante ni después de la operación. Solo un poquito de molestia donde me pusieron la inyección. Sentía mucho frío.
Después que pasó la anestesia lo que comencé a sentir fue la "bombita" para drenar la herida. Eso fue lo más doloroso y pesado.
Me dieron de alta a los dos días. El dren fue lo que no me dejaba moverme con libertad. Necesité ayuda para levantarme, acostarme, sentarme, ir al baño. Me bañaba sola pero con mucho trabajo. Necesité que entre dos personas me pusieran las vendas. Las curaciones fueron varias veces en una semana. Gracias a Dios la herida no dió problemas y en dos semanas me quitaron el dren que fue lo que más me dió lata pues lo cosieron muy tenso con mi piel y me lastimaba mucho.
Después de la curación en que me quitaron los tubos del dren que abarcaban toda la cicatriz a lo ancho de mi pecho y por debajo de lo que era mi axila, aproximadamente 30 cms, me dijo el oncólogo cirujano que seguían las radiaciones.
El oncólogo tratante me mandó a radiaciones. Ya en la torre de especialidades del hospital me dijo el oncólogo radiólogo que dado el tumor tan grande que tuve, debían darme una radioterapia que comprendería 25 radiaciones diarias de lunes a viernes.
Mientras tanto, salieron los resultados de la biopsia que dictaban que habían extraído un tumor de 2 cms en necrosis y 19 ganglios limpios sin cáncer. Aunque estaba segura que el Señor me había regalado la sanidad, fue muy emocionante comprobar su misericordia y amor con esos resultados.
En obediencia, entré al tratamiento de radiaciones. Día tras día, mi hija y su papá -quien vino a ayudarnos, me llevaron al hospital durante 25 días seguidos para recibir las radiaciones. Cada vez que entraba a la máquina de radiación ionizante declaraba que esa radiación aseguraba mi sanidad de parte de Dios. Tuve la oportunidad de bendecir a los radiólogos y al final celebré con ellos el camino recorrido juntos. Dios los bendiga a ellos y a todos aquellos doctores, enfermeras y personal que han tenido que ver con mi tratamiento.
Así estoy en el punto en que espero que el oncólogo radiólogo me de la alta para que el oncólogo tratante me de seguimiento. Se que esto no termina al darme de alta. Hay que dar seguimiento constante, pero estoy segura que Dios caminará conmigo cualquiera que sea el resultado, como lo ha hecho hasta ahora. Eben-ezer Hasta aquí nos sigue ayudando Dios todopoderoso.
Espero pronto se solucione el problema administrativo de no aparecer en el sistema electrónico para poder registrar mis citas otra vez.
Lo importante en medio de todo es nunca perder la fe. Cada que haya decepción, cansancio, ganas de desistir recuerda que todo tiene un propósito y aunque en el momento no lo entiendas, más tarde todo cobra sentido. Olvídate de ti y sé bendición a otros. Verás como Dios trabaja cuando te encuentras en un estado de reposo creyendo que Él tiene todo bajo Su control. De cualquier forma tu tienes a mano solo obedecer y hacer lo que te toca.
Hoy veo la cicatriz en mi pecho, veo la parte que me falta y doy gracias a Dios porque esa cicatriz es la muestra de que perdí una parte de mi cuerpo pero salvé la vida. Si esa batalla fue ganada, ¿cuál otra no podrá Dios ganar por mi? Vivo confiada. Te invito a hacer lo mismo.

http://www.breastcancer.org/es/tratamiento/cirugia/mastectomia/que_es